Hace tres días la Dra Jomeini escribió una entrada llamada "el paciente quinqui", eso me recordó una anecdota que ocurrió en 1993, la entrada de hoy se la dedico a la Dra. Jomeini y a Gespum.
Los "amigos de urgencias" nos mandaron para la UCI a un chico de veintitantos en coma etílico, venía hecho un pincel, pasado por una paleta de colores que incluía todos los fluidos orgánicos (y no tan fluidos) que os podáis imaginar, vamos un regalito.
Visto lo visto le dije a la auxiliar de enfermería con la que trabajaba que teníamos trabajo, nos armamos de palanganas de agua jabonosa, esponjas, guantes dobles y mascarillas impregnadas en colonia y entramos en la habitación.
La cosa empezó a pintar bien cuando al quitarle la camiseta me encontré con dos tatuajes caseros, uno por pezón, a uno le había añadido unos rayitos y quedaba algo así como el sol de los teletubies en cutre, al otro.., con dos orejitas y un bigote tenemos un gatito.
Cada vez me gustaba más este chico.
Momentos después, le quité los pantalones y los calzoncillos... tuvimos que salir de la habitación, las carcajadas atrajeron a los compañeros, unos minutos más tarde mientras intentábamos controlar llegó el jefe de servicio, el Dr. Soy perfectoyconmalaspulgasaunquefuitunoygolfoperonolosabenadie y empezó a bronquearme, lo acompañé a la habitación donde (¿he comentado ya que yo sí se que fue tuno?, ventajas de haberlo sido yo tambien) perdió la fachada de tipo siempre enfadado.
Nuestro paciente macarra se había tatuado en el pubis "TOA PA TI MUÑECA".